Por aquellas fechas, Korea nos había demostrado que sabía hacer algo más que coches baratos y juguetes del todo a cien. Camacho se desintegro a la vez que sus esperanzas, y las nuestras, en el mundial. No cabía esperar que en la tristeza propia de aquellos días, las mentes estuvieran tan despejadas como para jugar aquella partida. Asentadas ya las tazas de café y los chupitos de sobremesa, los jugadores toman asiento. Partida a 2 panillas de 8 tantos cada una. Baudilio y Agustín encajan un 3 a cero en la 1ª panilla. Un tute de reyes y las 40, cantadas por Baudilio, ponen a Jose y a Simón en su sitio en un 3 a 3. Tras alternancias en el marcador se llega al 7 iguales, y esa panilla ha de decidirse a la muerte súbita. El final de esa panilla se decantaría en favor de Baudilio y Agustín por un ajustado 2 a 3.La 2ª panilla fue otra historia. Rápida, muy rápida. Un recital de canto ofrecido por los tenores Jose A. y Simón. Las 40, las 20, tute de caballos, en bastos, en oros, en copas, en espadas y en picas. ¡ Huy! En picas no. En total 8 a 1. El desempate estaba servido y sería el que llevaría a los anales de la historia esta partida. .....¡Vaya! Se me olvidó
